El producto alimenticio antes de su comercialización

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23/05/2023
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La seguridad alimentaria y la calidad de los productos son temas que cada vez preocupan más a los consumidores. Por ello, existe una completa regulación dedicada al producto alimenticio y a las fases por las que debe pasar obligatoriamente antes de ser puesto a disposición del consumidor final.

En España, la regulación y control de los alimentos se lleva a cabo a través del procedimiento de registro sanitario. Este se encarga de garantizar que los alimentos que se comercializan estén en óptimas condiciones de higiene, calidad y trazabilidad.

Pasos previos a la comercialización del producto alimenticio en España

Detrás de cada alimento que llega a los hogares, o que es puesto a disposición de los consumidores en un bar o restaurante, hay un complejo proceso destinado a garantizar que este es adecuado para el consumo humano. Se protege así la salud pública.

Como decíamos en la introducción, en el caso de España, el registro sanitario es el pilar fundamental en el que se basa la protección de la salud pública y la confianza del consumidor.

El Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos (RGSEAA) opera en todo el territorio nacional, y conocer su funcionamiento es de vital importancia para la esfera industrial alimentaria. Esto se debe a que un producto alimenticio no se puede comercializar de forma legal si antes no tiene la correspondiente autorización administrativa.

A fin de obtener esta autorización, hay que garantizar la trazabilidad y calidad del producto desde su origen, como bien saben las empresas de alimentación, y esto se hace en varios pasos.

Control en origen

Mucho antes de que el producto llegue a manos del consumidor final, ya se está haciendo un exhaustivo control del mismo. Por eso, las granjas y los campos en los que se producen y cultivan los alimentos pasan por diferentes inspecciones y análisis.

Los productores tienen que demostrar que siguen buenas prácticas, utilizando únicamente fertilizantes y pesticidas autorizados legalmente, y no aplicando medicamentos veterinarios que estén prohibidos.

Para mantener un control adecuado de la trazabilidad de los productos, los productores agrícolas y ganadores tienen que llevar un registro de las actividades que llevan a cabo.

Análisis en laboratorio

Tras la recolección o procesamiento de los productos, comienza la labor de las fábricas de alimentación. Estas se van a encargar de transformar la materia prima en un producto que pueda ser puesto a disposición de los consumidores. Por ejemplo, envasando las legumbres, distribuyendo la carne a los mercados mayoristas, etc.

Este proceso solo es posible si los alimentos pasan antes por un proceso de inspección y análisis que debe llevarse a cabo en laboratorios autorizados. A través de estos controles se busca detectar posibles contaminantes, patógenos u otras sustancias que puedan suponer un riesgo para la salud humana.

Además de un control de salubridad, también se examina la calidad organoléptica, que implica revisar aspectos como su textura, su color, su aroma y sabor.

Control de etiquetado

Superado el control de calidad, los alimentos deben ajustarse a los requisitos legales en materia de etiquetado. Según las normativas europea y española, las etiquetas tienen que aportar una información clara y veraz, que permita al consumidor conocer claramente datos básicos del producto como su composición, las condiciones de conservación, la fecha de caducidad o de consumo preferente, y las instrucciones de uso o advertencias que sean necesarias tener en cuenta.

En los últimos años, se ha dado especial importancia al etiquetado de los alimentos, porque se considera algo esencial para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas sobre los alimentos que van a comprar y tomar.

Control de las autoridades sanitarias

Superadas todas las etapas anteriores, los alimentos son sometidos a evaluación por parte de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y otras autoridades sanitarias de carácter autonómico.

Estas entidades revisan de manera minuciosa toda la documentación, y realizan inspecciones para asegurar que se cumplen los requisitos sanitarios.

Aunque existen diferencias en función de si el producto es de Origen Animal o no, llegados a este punto, si la empresa alimentaria cumple  todos los estándares y requisitos de higiene, calidad y trazabilidad que se exigen a nivel legal, obtiene el correspondiente registro sanitario. Este es una aval que demuestra que ese producto ha sido sometido a estrictos controles, y que cumple todos los criterios de seguridad y calidad que vienen impuestos a nivel legal. Tras eso, el producto puede, por fin, ser puesto a disposición de los consumidores.

Una vez que el producto ya está en el mercado, quienes trabajan en el campo de la alimentación y la restauración son garantes de la salud de los consumidores. Esto quiere decir que también ellos tienen que tomar medidas para garantizar que los alimentos lleguen al cliente en óptimas condiciones de salubridad, calidad e higiene.

Si su empresa opera en el sector del producto alimentario y necesita un laboratorio de análisis de alimentos, nuestro equipo está a su disposición.

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Vicente de Pablos es Licenciado y Doctor en Veterinaria y Licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Profesional especializado en el ámbito de la Seguridad Alimentaria y la Salud Pública